Guerra de Bandas

Bien, veo que tendré que usar la "vía rápida"

En un abrir y cerrar de ojos kessler apareció teletransportado a escasos centímetros de la cara de su interlocutor con una mano ya extendida con la que le oprimió fuertemente la cabeza.

Ante el sorprendido conductor aparecieron escenas de sucesos que no conocía, escenas que mostraban cómo el mundo se desmoronaba... hasta que llegó a una imagen que le resultaría sobrecogedora: el momento de su brutal muerte, causada por el impacto de un haz de luz blanca que devoró la escena.
Poco después, el conductor se encontró tendido en el suelo, con Kessler aún delante suyo.

Te he mostrado el futuro, o lo que hasta ahora era el futuro.

Cuando me quise dar cuenta, la mano de Kessler oprimía con fuerza mi cabeza. Mi primer instinto fue defenderme, reaccionar, soltarme. Pero no llegué a tiempo.

Las imágenes se sucedieron a gran velocidad, aunque fui capaz de comprenderlas todas... O al menos lo intenté. ¿Qué diablos ocurría? ¿Por qué estaba viendo lo más cercano al Apocalipsis que podía haberme imaginado? ¿Por qué...?

La última imagen me descolocó, de tal manera que perdí hasta el hilo de mis pensamientos. Cuando Kessler me soltó, la imagen seguía reproduciéndose en la cabeza, una y otra vez, sin parar. ¿Era... Mi muerte? ¿Estaba viéndome morir, una y otra vez, sin descanso? No... No podía ser. ¡Era imposible! Yo no podía morir. ¡No! Para eso me había alejado de los conflictos. Para eso había mejorado el control de mis poderes.

En un arrebato instintivo de ira, lancé mi cola hacia Kessler, quien, sin embargo, la evitó con excesiva facilidad.

- ¿Qué... Qué diablos ha sido esto? ¿Cómo has hecho que vea el futuro? ¡¿Quién eres tú?!

Lo que has visto es que pasará si las cosas siguen como están. Yo viví todo lo que has visto, pero no es un destino ineludible, podemos cambiarlo... por eso he venido.
No se puede permanecer al margen de un conflicto como el que se está fraguando, lo queramos o no, nos alcanzará a todos. Ahora es decisión tuya lo que hagas para evitarlo y el papel que quieras tomar en él... sabiendo lo que pasará si no haces nada y sigues al margen de esto.

Dicho esto, Kessler tendió una mano hacia el conductor para ayudarle a incorporarse, sabía de primera malo lo mareado que se sentía uno después de una experiencia así.

"Ahora sabré si he ganado un nuevo aliado" - Pensó

¿Ese era... Mi futuro? ¿Moriría a manos de un poder desconocido? ¿De un conductor desconocido? O quizás no tan desconocido. ¿Importaba acaso? El resultado era el mismo. Moriría. Me iría. Sin posibilidad de retorno. Sin huida. Sin vía de escape.

A menos que, como Kessler había dicho, se cambiase el futuro. Al parecer, la única manera de tener, al menos, una oportunidad para sobrevivir, era inmiscuirme en la batalla. Irónico, ¿no? Me salvaría el luchar, pero me perdería el huir.

Visto así, estaba clara mi decisión.

Cogí la mano de Kessler, y me levanté, algo confuso y mareado, apoyando una mano en su hombro, mientras la cola de escorpión se deshacía, volviendo así a mi forma humana normal. Mis ojos, como era normal en estos casos, volvieron a su ya conocido color verde claro, y mi piel remotó su característico color carne, desapareciendo ese morado oscuro que, hasta entonces, me había recubierto entero (Aunque al estar casi completamente tapado no se notaba en exceso).

- ¿Qué debo hacer? -pregunté, con un tono lo más posiblemente calmado que pude.

Kessler sonrió para si mismo, acababa de llegar y ya había "reclutado" a uno de los conductores que sabía que serían decisivos para el destino del mundo. Ahora necesitaba encontrar a Cole, advertirle de lo que pasaría y seguir buscando medios para evitar la guerra... y había uno que podría estar dentro de su alcance.

Necesitamos organizarnos, un montón de conductores luchando por su cuenta y pisándose los planes no nos sirve de mucho. Tengo que hablar con el hombre eléctrico de todo lo que te he enseñado, pero antes debo encontrar toda la ayuda posible. Necesito que encuentres a Cole y le cuentes lo que ha pasado; si duda de ti dile estas palabras: "la mitad de tiempo, el doble de intensidad". Ayúdale en todo lo que te pida, me reuniré con vosotros tan pronto como me sea posible.

Dicho esto, Kessler se dio la vuelta y empezó a caminar lentamente. Aunque no era el mismo Kessler que una vez estuvo al mando de los Primeros Hijos, contaba con "recuperar" el control de esta organización y destinarla a sus propios fines. ¿Qué instrumento mejor para mantener el orden que una sociedad secreta con miembros ocultos en cada escalafón social?

Kessler rápidamente se puso al mando. AL parecer mi reacción no solo no le había sorprendido, sino que era la esperada. Por un momento tuve la duda de que todo lo que me hubiese enseñado fuese mentira, pero dentro de mí algo sabía que todas esas imágenes eran ciertas. Peligrosamente ciertas.

- Sí... -la tensión del momento provocó que casi hiciese un broma terminando la frase con un "Maestro", al más puro estilo Star Wars, pero la seriedad del asunto, unida al hecho de que Kessler ya se alejaba, provocó que me callase esa última e innecesaria palabra.

Las órdenes estaban dadas, y a mí solo me hacía falta buscar a Cole, un reencuentro que, al parecer, y contra todo pronóstico, yo mismo efectuaría. Susurré "Sagitario", y noté al poco tiempo cómo me surgían las alas, además de ese cosquilleo característico que acompañaba el cambio de color del iris, propio de cada "tranformación".

Hecho esto, simplemente salí volando, en dirección a la ciudad. Podía localizarle con mis poderes, pero preferí, además de eso, buscarle visualmente. Conociéndole, quizás estaría metido en una pelea. Para evitar curiosos, provoqué (Una vez más, con la ayuda de mis poderes) que la luz, en vez de rebotar en mi cuerpo y por tanto hacerme visible, me traspasase, por lo cual, mi cuerpo, sin luz reflejada/rebotada por él, desapareció.

[Off: No es por nada. Pero... ¿Sagitario no era un centauro?¿De donde salen las alas?]

Off: Por mi, ya he acabado con este tema.